¿Por qué bajan las ganas de tener sexo?

Seguramente alguna vez te pasó: de repente notás que tu deseo sexual no es el mismo de antes. Un día tenés ganas, otro no. A veces el deseo aparece con fuerza y otras parece haberse ido de vacaciones.

La buena noticia es que no significa que se haya “apagado” para siempre. El deseo sexual no desaparece de golpe, sino que fluctúa a lo largo de la vida. Y entre los 30 y los 45, esa variación suele hacerse más evidente.

Factores que influyen en el deseo

El deseo es sensible al contexto. No es un botón que se prende o se apaga, sino un reflejo de cómo estamos física, mental y emocionalmente. Algunas de las razones más comunes de su baja o intermitencia son:

  • Estrés y carga mental: la cabeza llena de pendientes no deja espacio para conectar con el placer.

  • Cansancio: cuando el cuerpo pide descanso, el deseo suele ser el primero en correrse a un costado.

  • Maternidad: los cambios hormonales, el sueño interrumpido y la nueva dinámica familiar influyen en el interés sexual.

  • Exceso de rutinas: cuando todo se vuelve predecible, el deseo pierde el factor sorpresa que lo enciende.

No es que “no quieras”…

Muchas veces lo interpretamos como falta de ganas o desinterés. En realidad, lo que pasa es que tu cuerpo y tu mente están ocupados en otra cosa. Y es lógico que el deseo no compita con el cansancio o el estrés.

El deseo se alimenta

El deseo no es algo fijo: se construye y se trabaja. Reconectar con el placer implica hacerse espacio, probar cosas nuevas y escucharse sin juicios. No es magia, es práctica.

✨ En Salir del Frasco creemos que hablar de estos temas con naturalidad es el primer paso para desarmar culpas y tabúes. Y que rodearte de aliados (desde un buen lubricante hasta un juguete que te sorprenda) puede ser el impulso que necesitás para volver a disfrutar.

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